Qué no hacer en tus propuestas editoriales

Si en la entrada anterior os daba consejos sobre qué hacer cuando redactamos una propuesta editorial, hoy quiero hablaros de todo lo contrario: qué debemos evitar al presentar una propuesta. Serán una serie de recomendaciones que responden, sobre todo, a errores que he visto comentar en ocasiones a las editoriales por redes.

1. No hagas envíos masivos

No sirve que hagas una lista de emails y que les envíes la misma propuesta (y el mismo mensaje) a todas las editoriales a la vez, porque los requisitos son distintos en cada editorial y su forma de enfocar la recepción de manuscritos también. Además, dirigirte en específico a lo que pide una editorial aumentará tus posibilidades de éxito.

Si, de todas formas, quieres optar por un envío de manuscritos masivo, acuérdate de poner las direcciones en copia oculta: si ven que has enviado ese manuscrito a todas las editoriales del mercado, no darás buena imagen.

2. No atosigues

Los tiempos de espera cuando haces una propuesta editorial pueden ir desde los seis meses hasta los dos años. A los dos años, el manuscrito puede considerarse rechazado aunque no se haya recibido respuesta, y pocas veces se recibirá una respuesta antes de seis meses, porque el volumen de manuscritos con el que trabajan en las editoriales suele ser alto.

Es recomendable, pues, tener paciencia; puedes pedir acuse de recibo, si no te responden cuando lo envías, y preguntar por el tiempo estimado para recibir una respuesta. Si vas a insistir en conocer el estado de tu manuscrito, te recomiendo que espacies esas consultas todo lo posible (una cada dos o tres meses, por ejemplo) para darle tiempo a la editorial a avanzar con sus lecturas antes de volver a preguntarles.

3. No te vengas arriba

Yo también soy escritora y conozco esa sensación de empezar a hablar de tu historia y no saber cuándo parar. Eso es algo bueno, por supuesto; pero, en una propuesta editorial, debes ir al grano y contar las cosas de forma directa y breve. Si a la editorial le llama la atención tu propuesta, se leerá el manuscrito y encontrará todos esos detalles de los que quieres hablar por su cuenta, por lo que no es necesario que hagas una propuesta de treinta páginas.

Ajústate siempre a la extensión especificada por la editorial. Si piden que la sinopsis ocupe como mucho dos párrafos de seis líneas, escribe una sinopsis de dos párrafos de seis líneas; si te piden un resumen de dos páginas, no hagas uno de diez. Solo dificultarás el trabajo de las personas encargadas de valorar tu propuesta e inclinarás la balanza hacia el no. Es una tarea pesada y, a veces, muy difícil, pero el esfuerzo merecerá la pena.

4. No envíes cosas que no te han pedido

Este punto se podría relacionar con el anterior, pero he preferido separarlo ya que en el anterior hablamos más de extensión y aquí de contenido.

Las editoriales son cada vez más claras en lo que a las propuestas editoriales se refiere; suelen señalar en su página web qué documentos e información concretos debes enviarles para que valoren tu propuesta. Si una editorial te pide la propuesta, los primeros capítulos y una biografía breve, por ejemplo, no incluyas un currículum de diez páginas y el manuscrito completo; le estás dando información que solo enmascara la que de verdad le interesa.

De nuevo, si facilitas el trabajo de la persona que está seleccionando obras para su publicación, tendrás más posibilidades de éxito. No le hagas buscar la aguja en el pajar y dale lo que pide; ni más, ni menos.

5. No envíes la propuesta por otros canales

Por muchas ganas que tengas de enviarle tu manuscrito a la editorial, no lo envíes a cualquier parte. No utilices las direcciones de e-mail que ofrecen para consultas o pedidos, ni sus redes sociales, ni cualquier medio que no hayan especificado que sirve para la recepción de manuscritos. Algunas utilizarán un e-mail, que también puede ser el general; otras ofrecerán formularios de envío, o cualquier otro método. Cíñete a ellos y solo a ellos.

En esta misma línea, me gustaría recordar la importancia de respetar las fechas de recepción de manuscritos para que tu propuesta no termine descartada automáticamente.

Como habéis podido ver, son consejos muy básicos que muchas veces pasamos por alto, tal vez por esta misma simpleza. Con esta entrada y la anterior, espero haberos ayudado a mejorar un poco vuestras propuestas editoriales. Si es un tema que os interese, siempre puedo escribir más entradas al respecto; solo tenéis que dejarme un comentario pidiéndomelo.

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