Hay recursos a la hora de escribir que pueden darnos mucho juego aunque su uso no se ajuste a lo que marca la norma; es el caso, por ejemplo, de las cursivas, que en español tienen un uso relativamente reglado y sin embargo cada vez se experimenta más con ellas y se le asignan otros usos que se podrían considerar incorrectos pero que se utilizan como recurso narrativo.
Para poder saltarnos una regla, es necesario conocerla previamente y saber cómo funciona. Hoy te hablo de la cursiva, de qué se considera correcto según la R.A.E. y de cómo se está utilizando realmente.
Para empezar, se consideran estos usos principales para la cursiva (cuando no se puede emplear la cursiva por las características del texto, aplicaríamos las comillas):
- Voces ajenas al español por su ortografía, su fonética o su significado: extranjerismos, neologismos, palabras «mal» escritas o utilizadas incorrectamente…
- Énfasis.
- Palabras o grupos de palabras con un sentido especial: títulos de obras, metalenguaje…
Sin embargo, depende del medio que vaya a publicar el texto, estos usos pueden ampliarse o reducirse (editoriales que no aceptan la cursiva de énfasis, editoriales que utilizan la cursiva en lugar de las comillas para marcar los pensamientos de los personajes…). Se trata de un recurso que invita a la creatividad, y por tanto, además de en aquellas ocasiones en que su uso es obligatorio, resulta relativamente sencillo aplicarlo en otras. Lo más importante es mantener la coherencia dentro del mismo texto y utilizarla siempre en las mismas situaciones, para no confundir al lector.
Para ampliar esta información, recomiendo esta guía de estilo de Fundéu: enlace, que aborda casos particulares que pueden dar problemas y aclara qué tipo de letra se utiliza en cada uno de ellos. Mi libro de cabecera suele ser la Ortografía (2010) de la RAE, pero lamentablemente no incluye una sección específica para la cursiva, ya que es una cuestión más estilística, sino que va hablando de su uso en otros apartados (en el referente a las comillas, por ejemplo, especifica en cada caso concreto cuándo se usan las comillas y cuándo la cursiva).