No es ningún secreto que, a veces, ponemos las comas en el texto de forma más o menos arbitraria, según el lugar en el que hacemos pausas al hablar. La mayoría de las veces, este método puede ser adecuado y no suponer mayores problemas; sin embargo, hay ocasiones en las que se nos cuelan comas de más, como es el ejemplo de la entrada que hoy nos ocupa.
Archivos diarios: 27 de junio de 2020
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